A apenas una hora y media de Belmez,se encuentra Antequera,un bellísimo lugar para perderse durante 24 horas,aquí os adjunto una guía de viaje.
Los antequeranos se toman con humor que el visitante graciosillo
pregunte por dónde sale el sol en Antequera. Le dirán que por el mismo
sitio por donde ya salía en tiempos de la edad del bronce, de los
romanos y hasta cuando esta ciudad malagueña de más de 45.000 habitantes
pertenecía al reino de Granada. Y el mismo por donde amanece cada vez
que David Bisbal les visita para promocionar su aceite de oliva.
9.00 Molletes recién horneados
El mollete es
una institución en Antequera. Desayunar un mollete recién horneado con
un chorretón de aceite es un manjar. En la panadería Escalante
(1) (Antequera, 9) los elaboran con mimo y los despachan a destajo. Si
el deseo de dulce aprieta, no hay que contenerse: una bandeja de
bienmesabes (los típicos pasteles antequeranos de almendras) y a dar
buena cuenta de ellos con un café en algunos de los bares cercanos. En
la pastelería Entre Torres (2) (Infante Don Fernando, 9) el fuerte son los piononos y el Pío X (lo mismo, pero con coco).
10.00 Todo cuesta arriba
El casco antiguo de Antequera pone a prueba las piernas del visitante: todo es cuesta arriba hacia la alcazaba
(3). Con todo, siempre hay Indurains que hasta optan por el alquiler
municipal de bicicletas para recorrerlo. El punto de partida es la plaza de San Sebastián (4) pasando por el Arco del Nazareno (5). La meta, la zona monumental coronada por la alcazaba y la Real Colegiata de Santa de María (6). Plano en mano, se va visitando el palacio Nájera (7), la iglesia de San José (8), el Real Monasterio de San Zoilo (9), el convento de los Remedios
(10)... Lo bueno de los conventos como el de San José o el de Santa
Clara es que sirven de punto de dulce avituallamiento de los famosos
cortadillos y mantecados de las monjas de clausura. Eso sí, siempre a
través del torno. En Antequera afirman con guasa que tienen iglesias "pa
jartarse". Y bares, muchos bares. Como el Mesón Ibérico Dehesa Las Hazuelas (11) (Encarnación, 9), donde, como mandan los cánones, el aperitivo incluye un plato con aceite hojiblanca para mojar. O el Reina
(12) (Infante don Fernando), donde practican tapas modernas los alumnos
de la Escuela de Hostelería La Espuela. Ajenos a modernidades, el
antiguo cine Torcal (13) (Cantareros, 8), de 1932-1934, ahora
sala de actividades culturales, mantiene intacta su imponente fachada,
con sus colores originales, el rojo y el azul, de gran protagonismo, y
un original molduraje con rehundidos horizontales. Su autor fue el
arquitecto Antonio Sánchez Esteve. Es el único cine de estilo
racionalista que se conserva en la provincia de Málaga. No perderse el
ambigú en el vestíbulo superior.
12.00 Cata de aceite
Antequera es la tierra del aceite de oliva hojiblanca, apadrinado urbi et orbi
por David Bisbal. Una de las maneras de experimentar a conciencia las
propiedades de este oro negro de la comarca es apuntarse a una cata de
aceite en el Museo Hojiblanca (14) (952 84 14 51; www.museohojiblanca.com; 10 euros por persona, mínimo 10 personas).
13.00 Con vistas a las termas
De
que los romanos, aparte de ser empecinados guerreros, eran gente aseada
dan buena cuenta las termas que dejaron allá donde estuvieron.
Antequera también tiene las suyas al pie de la colegiata. Una buena
manera de contemplarlas sin cansarse caminando entre tanta ruina es
sentarse en la terraza de El Escribano (15) (plaza de los
Escribanos, 11), con vistas impresionantes de la comarca y además un pío
antequerano y unas setas en porrilla para chuparse los dedos. El parador
(16), más elegante, también ofrece buena cocina tradicional. Los
carnívoros de buen comer aplaudirán su cabrito de la sierra del Torcal.
Aunque, sin duda, el restaurante más inverosímil es La Espuela
(17). Está dentro de la plaza de toros y, si el tiempo acompaña, se
puede comer sobre el mismísimo albero. Platos como "tercios de Rivera en
las dehesas andaluzas" recuerdan que el torero es socio del
restaurante. El resto, como que aquí cenó Harvey Keitel o que Madonna
rodó en 1994, en la plaza de toros, escenas de uno de sus vídeos
musicales (para la sensual canción Take a bow, dirigido por
Michael Haussman, con el torero Emilio Muñoz como inspiración de los
anhelos eróticos de la cantante), forma parte de las historias
antequeranas.
15.00 Un parque jurásico
Otra leyenda, esta vez de origen jurásico, la encontramos en el Torcal de Antequera,
un enorme espacio natural de extrañas formaciones kársticas modeladas a
lo largo de millones de años. Cuesta creer que este espacio que hoy
parece un campo de champiñones y sombreros de piedra fuera en su día un
pasillo marítimo entre el Mediterráneo de entonces y el Atlántico. Hay
varios itinerarios señalizados y conviene no salirse (www.torcaldeantequera.com; el centro de visitantes abre hasta marzo, de 10.00 a 17.00).
17.00 Tres dólmenes muy chulos
Antes
de que los romanos de la antigua Anticaria montaran sus termas, los de
la edad del bronce ya habían hecho sus pinitos en el arte funerario con
los dólmenes de Menga, Viera y El Romeral (18). Y ahí siguen, a
unos tres kilómetros del centro de la localidad y considerados como uno
de los mejores conjuntos dolménicos de España. El de Menga se yergue
hasta en actitud romántica: en vez de orientarse como casi todos hacia
el oriente, o sea, la salida del sol, este mira a la peña de los Enamorados (19), un montículo con forma de rostro de hombre mirando al cielo.
21.00 Cena o tapas por el centro
Enrique, músico de jazz y dueño del bar A La Fuerza
(20) (Alameda de Andalucía, 32), no imaginaba que las exposiciones, las
veladas de poesía y los conciertos que programa en su local alcanzarían
fama en la comarca. "Sobre todo, porque no subimos los precios cuando
hay evento, ni se despacha cuando alguien está actuando", dice. Un buen
lugar para saborear cocina tradicional a precios económicos. Pero los
extranjeros bien informados acuden a cenar a El Coso San Francisco
(21) (Calzada, 27-29). La razón son sus recetas de la abuela: perdiz en
caldo de gazpacho, porra blanca, choto a la pastoril... Dos reglas de
oro rigen esta casa: aquí todo es casero y siempre se encuentra un guiso
de cuchara.
23.00 Copas en Buddha
Toda localidad que se precie tiene que tener un Buddha
- 22. El de Antequera está en la calle de la Calzada (en el 11), que
también es la principal ruta de copas. Este Buddha, con guiños a chill out étnico, sirve tanto de bar para el café como de pista de baile hasta la madrugada.
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